PARAÍSO CIGUAPA

Elise Florentino

Las ciguapas son seres mitológicos del folclore que nacen del sincretismo y la mezcla cultural de la República Dominicana.

Destaca el cuento “La Ciguapa”, escrito por Francisco Javier Angulo Guridi en 1866.

"El 23 de agosto de 2019 decidí irme sola a explorar el Caribe. En este viaje no solo aprendí muchas cosas, sino que también reconecté con leyendas y cuentos caribeños.

Los orígenes de mi familia están en las montañas de San Cristóbal, en el Río Haina, un lugar alejado de la civilización donde el sonido de los árboles a las seis de la mañana es sin duda una de las cosas más bonitas que jamás he presenciado."

No es secreto allí que con la llegada de los colonizadores el pueblo Taíno vio su fin y que algunos suertudos huyeron a las montañas.

Ciguapa. Óleo sobre lienzo, 2021.

Las ciguapas, que en realidad eran Taínas que sobrevivían en la montaña, eran mujeres que se podían permitir ser libres. Eran mujeres bravas, pobladoras de cuevas en las montañas con espeso cabello negro que llegaba hasta los tobillos, algunos dicen que tienen los pies girados, otros que tienen la piel azul, y otros dicen que es cobriza.

Pero sobre todo, siempre se recalca que las ciguapas devoran hombres, los seducen y luego se los comen. Que jamás se dejan dominar.

"Encuentro una enorme conexión entre las ciguapas y las mujeres de mi familia. Mi madre, mis tías y las que vinieron antes, fueron criadas en las montañas y su pelo en juventud era muy muy largo. Ninguna había tenido mucha suerte en el amor, todas habían tenido hijas, casi todas madres solteras o sino, en convivencia con maridos que aportaban realmente poco a sus vidas. Casi todas ellas eran tauro, piscis, cáncer o virgo, cuatro signos muy ligados a la naturaleza y a la maternidad, a los poderes de la tierra y a las emociones lunáticas."

Resiliencia. Dibujo a pastel, 2021.

Querida Sarah Baartman. Arcilla y acrílico, 2021.

"Mi proyecto Ciguapa es una exploración sobre los misterios de las mujeres de mi familia, de las descendientes de “Helena”, mi bisabuela, de su libertad, de su magia y creatividad. Las descendientes de “Helena” como una antítesis de la mujer dominicana común y su sumisión.

Lo político aquí está en recalcar la necesidad de escapar a otro sitio para poder ser libre, en renunciar a una vida de lujos y convertirse en una pobre emigrante, pero libre. Si fuéramos libres de correr por las praderas de la montaña a las seis de la mañana, no nos apetecería escapar. Veo al hombre dominicano como un tirano que cree tener derecho a todo sin hacer nada, sentado en el sofá dando órdenes, una lacra que absorbe la magia y la inteligencia de mujeres brillantes. Un ser que abre la boca para juzgar y crear complejos, para que te quedes atada a su lado.

Este proyecto es una declaración de la huida, de las ventajas que tiene la libertad. Hablo de la sexualidad, del cuerpo, de lo esotérico, de la naturaleza y de los sueños. Hay referencias al planeta Venus, que es esencial en mi espiritualidad y resiliencia."

En "Paraíso Ciguapa" destacan los recursos técnicos. Hay dibujos a carboncillo, pastel y lápices de colores en formato A2, algunos son apagados y otros más coloridos.

"Esto es porque, a pesar de ser consciente de la importancia de un hilo estético, encasillarme en él me limita la exploración y la exploración va a fin con la libertad que expresa el proyecto. Los personajes se repiten y conviven.

Existe un lenguaje común en todas las obras, que es la fantasía y la circunvalación. Cada personaje, cada criatura es un collage de distintos elementos que dan como resultado un todo. Decidí aprovechar el hecho de que una ciguapa es un ser imaginario y llevarlo al límite. No están solas, tienen mascotas."